Esa es la pregunta que me hice cuando leí aquella entrevista de trabajo. Era el año 2007 y yo acababa de terminar mi trabajo de becario en el departamento de cultura de la Consejería. Logré aquel puesto por mi expediente, pero no le saqué ningún partido, al margen del dinero que gané, que no estuvo mal. Pero una vez terminé aquello estaba como al principio: buscando trabajo. Y entonces me pasaron aquella oferta en la que se buscaba copy.

Por aquellos tiempos me sonaba aquella profesión, sabía que tenía algo que ver con la publicidad y con escribir… Pero poco más. Como me gustaban las dos cosas y tenía mucho tiempo para perder me presenté en aquella entrevista. ¡Qué juventud! Exigían un portafolio de trabajos y yo llevé cuatro cosillas que había hecho. Un poco ridículo todo. Tanto que yo creo que caí bien a la entrevistadora. Era una pequeña Agencia publicidad y comunicacion, pero con bastante prestigio en la ciudad. La chica se sinceró y me dijo que no me iba a contratar pero que parecía tener mimbres para ser un buen copy: sobre todo por mi afición por escribir y por algunos concursos que había ganado. 

Así que salí de allí bastante animado. Normalmente en las entrevistas te dicen eso de ‘ya te llamaremos’ pero allí habían sido mucho más honestos: no te vamos a llamar ahora, pero si dentro de un tiempo vienes con más experiencia y formación, o por lo menos sabiendo lo que hace un copy, a lo mejor te cogemos. 

Así que me puse manos a la obra, me reciclé un poco, y bajé algo el listón: empecé a hacer pequeños trabajos como freelance para algunas agencias y me fui curtiendo. Me gustaba mucho todo aquello, aunque había mucha competencia. Y es que, al fin y al cabo, un buen copy tampoco necesita una formación muy específica, si no, sobre todo, tener un sexto sentido para elaborar pequeñas e ingeniosas piezas: y eso o se tiene o no se tiene. Finalmente, un par de años más tarde me puse en contacto con aquella Agencia publicidad y comunicación y volví a ser entrevistado por la misma chica que no paraba de reír durante la reunión: esta vez tal vez te llamemos, dijo. Y así lo hicieron.