Por mucho que te prepares para un postoperatorio, siempre es duro. Da igual que te digan que vas a sentir esto y lo otro y que pronto se pasará… Hay que pasarlo. Pero para que nadie se asuste, contaré mi experiencia. Lo primero que hay que tener en cuenta es que cualquier cirugía supone un esfuerzo para el cuerpo y que debe reponerse. En mi caso se trató de una liposucción abdominal que también conlleva un periodo de recuperación. Pero no hay que alarmarse, como digo, es normal. 

Cuando te vas recuperando de la anestesia, lo primero que quieres hacer, al menos en mi caso, es salir de allí. Todo el mundo se siente mejor en casa que en un hospital, pero hay que ser paciente. En ocasiones, los doctores aconsejan que permanezcamos más tiempo del inicialmente previsto en el hospital y seguro que es por una buena razón. ¿Dónde vamos a estar más seguros que en un hospital después de una operación?

Una vez que nos vayamos a casa entramos en otro terreno diferente. Ya no tendremos la presencia médica a nuestro alcance directo, pero, a cambio, estaremos en la comodidad de nuestro hogar. Pero debemos seguir teniendo paciencia. Con la liposucción abdominal el dolor de los primeros días es totalmente normal y no esperes estar yendo a trabajar al día siguiente como si no hubiera pasado nada. Por eso, yo aconsejo tener preparado un libro o unas películas: ocio que no suponga esfuerzo físico ni tener que levantarse mucho del sofá.

Y en el caso específico de una operación como la liposucción también hay otro elemento importante dentro del postoperatorio: la alimentación. Por supuesto, los primeros días hay que tener bastante cuidado, pero también hay que ser conscientes de que es a largo plazo donde debemos mantener una dieta sana y equilibrada. Por algo hemos hecho una liposucción, ¿no?

Por lo demás, después de unos días, notarás como todo va mucho mejor y el cuerpo empieza a reponerse cada vez más rápido. Pero no intentes acelerar los plazos más de la cuenta: todo con calma.