Ronda de médicos 

¿Nunca os ha pasado que teméis “abrir el melón” de una dolencia porque sabéis que conlleva hacer un montón de pruebas y visitar varios médicos? Pues en eso estaba yo hace unos días, dudando de si ir o no al médico. Cualquier persona con sentido común te dirá que lo aconsejable si tienes algún problema es ir al médico. Claro, yo también lo diría. Pero para las personas que tenemos un poco de aversión a las pruebas y a los diagnósticos todo se ve de forma diferente. Pero, al final, se impuso la cordura y acudí al médico.

Y cuando salí, como era de esperar, llevaba un montón de papeles y volantes para hacer pruebas. En cuanto empecé a comentar mi problema ya vi como la doctora tecleaba en el ordenador y yo pensando: “estoy perdido ya”, seis meses de pruebas. Pero, aunque estaba preparado para casi todo, sí me sorprendió que la doctora me recomendó una visita al dentista.

Pero, después de decírmelo, recordé que hacía tiempo de mi última visita al ortodoncista en santiago de compostela. Y los problemas en los dientes muchas veces están relacionados con otros problemas de salud. Podía no faltarle razón a mi médico, aunque supusiera más visitas. Pero estaba claro que tenía que meter el dentista por algún lado. Ahora lo que tengo que hacer es organizarme. ¿Qué hago primero?

Porque a la hora de ir a médicos yo siempre organizo muy bien las cosas según mi estado emocional. Suelo dejar lo más “gordo” para el principio, como en el trabajo o cuando estudiaba. Prefiero empezar por lo difícil que sé que al principio siempre tengo más energía para todo. Pero también sé que hace tiempo de mi última visita al ortodoncista en Santiago de Compostela, así que no puedo tardar en ir al dentista no vaya a ser que el problema venga por ahí también. De cualquier manera, la cuestión es tomarlo poco a poco, no pensar en todos los médicos a la vez porque si no uno se estresa. Partido a partido, como dirían en el fútbol.